Hace un año tomé un curso para dirigir grupos de percusión como una herramienta para trabajar con grupos, empoderar individuos, ayudar a equipos a crecer juntos, etc. A partir de entonces empecé a conseguir tambores y otros instrumentos de percusión. El tambor y la percusión son el camino más rápido que he encontrado para invitar a las personas a soltar su niño interior. Tal fue el caso en mi familia la navidad pasada. Estábamos todos reunidos en mi casa y justo después de la cena, empecé a sacar mis instrumentos y a ofrecerlos a cada persona presente. Apenas tomaban el tambor, las claves, el pandero, todos empezaban a hacer ruido. No dirigí ninguna dinámica en especial, salvo cuando invité a alguien a que empezara a tocar y a los demás a seguir. El sonido se volvió orgánico. Todos tocaban su instrumento con gusto y sonreían. Duró varios minutos, no medí el tiempo, y poco a poco, uno a uno, empezó a dejar de tocar.
Llevo tiempo convencida de que el camino espiritual es un retorno a las cosas que olvidamos al crecer al sumergirnos en un mundo que exige tanto de nosotros, que está obsesionado con mantenernos ocupados, que nos dice que siempre hay cosas de más provecho qué hacer. En palabras simples, este retorno es, en realidad, en volvernos como niños. Es despertar en nosotros, de nuevo, una capacidad genuina de asombro y maravilla para interactuar con el mundo. De reconocer el placer de los colores, de las formas, de los sabores. Acercarse con curiosidad a lo distinto. Mantener un corazón compasivo que responde al dolor del otro. Es vivir el momento presente. Entregarnos al placer de vivir plenamente porque el camino recorrido nos ha devuelto la habilidad de cultivar estas cualidades.
Volvernos como niños es recuperar aquellas prácticas que nos permitían disfrutar de la vida y entregarnos a ellas con consciencia, no porque ignoremos las dificultades del mundo y de la vida, sino precisamente porque necesitamos el contraste, el contrapeso que nos ayude a sostener el equilibrio.
Si para ti el jugar ha sido y sigue siendo parte de tu vida, no dejes de hacerlo. Pero si eres de los que les cuesta un poco más de trabajo, te invito a explorar un poco más este lado tuyo; a ir derribando las barreras que se interpongan en tu búsqueda y cultivo de la alegría como parte integral de tu vida.
¿Necesitas algunas ideas?
Haz burbujas de jabón
Baila
Ríe sin razón alguna (el cerebro se beneficia de la risa falsa también)
Juega con alguna mascota
Invita a alguien a jugar un juego de mesa o algún otro juego
Practica un deporte en grupo
Toca un tambor
Juega con lodo
Lee chistes
Ve videos graciosos
Mira las estrellas
Canta karaoke
Juega las maquinitas
Vuelve a reír sin razón alguna
Comments