La sabiduría de Howard Thurman

"Nos vemos a nosotros mismo en este momento de espera- al tipo de gente que somos.

Las preguntas siguen: ¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas? - ¿Qué motivos ordenan nuestros días? ¿Cuál es el objetivo de lo que hacemos? ¿A dónde intentamos ir? ¿En dónde ponemos el énfasis y en dónde se enfocan nuestros valores? ¿Por qué fin nos sacrificamos? ¿Dónde está mi tesoro y qué amo más en la vida? ¿Qué odio más en la vida y a qué le soy fiel?" -Howard Thurman

De vez en cuando aparecen frente a nosotros preguntas que nos hacen pausar, que nos invitan a detenernos y considerar el rumbo que ha tomado nuestra vida. Al escuchar estas palabras de Howard Thurman en un audiolibro con el mismo título que el de esta entrada, mi total atención giró hacia estas preguntas. Muy a menudo, muchos de nosotros nos vemos atrapados en el ir y venir de las múltiples responsabilidades que tenemos. No es que la vida nos pase apresurada sino que pasamos apresurados en ella. Parecemos hacer las cosas al revés, amamos a las personas cercanas a nosotros, tomamos decisiones pensando en ellos, pero lo que hacemos a diario parece contrario a nuestros propios deseos y necesidades de establecer relaciones con sentido.

Estas preguntas me invitaron a reflexionar de qué manera lo que hago, mi intención y el resultado palpable de mis acciones no parecen encajar. Me invitaron a reflexionar de qué manera puedo alinear mejor mis objetivos, mis acciones y el resultado de las mismas.

Pero tal vez lo que en realidad sucedía es que las preguntas, sin darme cuenta en ese momento, empezaron a ser respondidas por esa pequeña voz que habita en mí y que me recordaba que ya era hora de empezar a bajar el ritmo, de prestar atención, de reordenar mis prioridades. Tal vez era esa pequeña voz en mí recordándome que la vida es mucho más de la serie de tareas a la que la he reducido en ocasiones.

Y lo que escuché es que ya era hora de desacelerar mi paso, de resistir el ritmo abrumador de la ciudad, de resistirme a funcionar solo porque sí, que la vida es mucho más que eso. Que la vida no se contiene en un calendario ni en una lista de tareas diarias.

La vida acelerada de la ciudad